Este ladrillo representa mucho más que un material de construcción: simboliza el inicio de una nueva etapa en la historia cervecera de El Salvador. Fue parte de la primera base colocada en 1928 para construir las instalaciones de La Constancia en San Salvador. Desde ese punto, se comenzó a edificar no solo una planta, sino una visión de progreso, innovación y trabajo colectivo que perdura hasta hoy. Un pequeño bloque… que sostiene una gran historia.