Estos barriles fueron fabricados en madera especialmente seleccionada por su resistencia y capacidad de sellado. Se utilizaban para almacenar y transportar la cerveza en carretas, siguiendo los métodos tradicionales de distribución de la época. Además de su función logística, contribuían a mantener la fermentación y preservar las características de la bebida durante el traslado. Cada barril era elaborado con precisión artesanal, reflejando el cuidado en cada etapa del proceso cervecero.