Estas fueron las primeras etiquetadoras utilizadas en La Constancia, en una época donde el empaque de cada botella aún requería la intervención de manos expertas. Su funcionamiento era completamente manual, y cada ciclo de trabajo permitía etiquetar varios envases al mismo tiempo, con capacidad de ajuste según el tamaño de la botella.
Hoy, estas piezas representan no solo una evolución técnica, sino el reflejo de una tradición cervecera construida con esmero y pasión.