Esta botella es la única que se conserva del antiguo Extracto de Malta, un producto que La Constancia comercializaba como una bebida energizante.
Llama especialmente la atención una recomendación médica impresa en su etiqueta: se sugería que las madres primerizas que no producían leche materna consumieran extracto de Malta, pues se creía que sus ingredientes naturales ayudaban a estimular la lactancia.
Hoy, esta botella representa no solo un recuerdo del pasado, sino también una muestra del valor histórico, comercial y medicinal que se le atribuía a la Malta en aquellos tiempos.