Este enfriador de mosto fue utilizado en las primeras etapas de producción cervecera y funcionaba por intercambio térmico. El mosto caliente circulaba por su interior, mientras agua fría corría por fuera, permitiendo reducir rápidamente la temperatura antes de añadir la levadura. Este proceso evitaba la contaminación microbiológica y protegía la viabilidad de la fermentación. Hoy, esta pieza representa una etapa clave en la evolución de la tecnología cervecera.